La inteligencia artificial ya actúa como “jefe algorítmico” en la gestión laboral, tomando decisiones sobre contratación, rendimiento o despidos. La Ley Rider, el fallo del Supremo sobre el bono social y el nuevo Reglamento europeo de IA marcan un punto de inflexión: la transparencia y la supervisión humana se convierten en exigencias ineludibles. El Derecho laboral se erige así en garante frente al poder de los algoritmos en la empresa. Leer